Este encuentro entre el Ángel de Jehová y Jacob es una hermosa imagen de nuestro encuentro con Dios. Jacob luchó con Dios toda la noche y para poder terminar la lucha el Ángel dislocó la cadera de Jacob, de está forma también le demostró al hombre que contra Dios nunca se puede ganar.
Jacob describe el resultado de su encuentro con Dios como la liberación de su alma después de haberlo visto cara a cara. También, Génesis nos dice que después de ese encuentro con Dios a Jacob le salió el sol.
Este pasaje es hermoso, porque en nuestra propia vida tenemos la oportunidad de estar cara a cara con Dios gracias a la obra redentora de Jesucristo. Podemos venir a Él sin importar nuestro pasado o nuestro presente y saber que Dios quiere bendecirnos con su salvación. Lo más hermosa es que tenemos la seguridad de que si venimos delante de Cristo con corazón humilde y arrepentido, nuestra alma también será librada al igual que lo fue la de Jacob.
Siempre vamos a recordar nuestro pasado (así como Jacob cogeaba de su cadera) como un recordatorio de lo mucho que Dios nos perdonó, pero con la tranquilidad y la paz de saber que nuestra alma ha sido liberada. Y lo más hermoso de todo es que el sol, JESUS, va a brillar sobre nosotros para iluminar nuestro camino por el resto de
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